07 septiembre 2009

FURO Y SENTO LITERARIOS: EL BAÑO JAPONÉS EN LA LITERATURA:

COSTUMBRES JAPONESAS: El Ofuro o furo y el sento: El ofuro (baño tradicional japonés) es una costumbre japonesa que se mantiene hoy en día y que podríamos decir ser ha convertido en rutina: ducharse por la noche justo antes de irse a dormir. Después de la ducha se meten dentro de la bañera con agua supercaliente (a unos 45 grados centígrados) durante unos minutos. Dicen que es muy sano irse a dormir justo después de bañarse con agua tan caliente.
Por dificultades de espacio en las casas se han creado los minio-furo que son más pequeños que los ofuro totalmente tradicionales, pero como no todos tienen las suerte de tener un Ofuro o miniofuro privado, existen los ofuro compartidos, como por ejemplo en las residencias entre los compañeros, o bien en los Sento (baños públicos).
Primero hay que ducharse sentados sobre una especie de taburetes ( normalmente de plástico) y utilizar una especie de “trapos” especiales, que hacen las veces de esponja y para enjuagarse se va poniendo agua en una especie de cubiletes y luego te la echas por encima, como si te bautizaras.


Después de la limpieza se entra en la bañera (Ofuro) a relajarse.


En esta foto se ven los tamburetes(izda.) para sentarse y los cubiletes para el agua sobre la repisa (dcha.)



En las series de anime como Ranma está muy bien reflejado.


Los sento son algo muy común en Japón, y están equipados con Ofuro, Jacuzzi, Sauna, Gimnasio, Sala de vídeo, Cibercafé todo en el mismo local. Desconozco cual es el equipamiento mínimo, ni cuáles son los de mayores servicios. En los días especiales, como por ejemplo el día de la manzana, incluso puede haber manzanas partidas flotando dentro de la bañera. Hay algunos Sento que son mixtos, pero creo que eso ya es más complicado de encontrar fácilmente en las ciudades.

Los furo y los sento en la literatura:
Voy a exponer algunos ejemplos de baños acaecidos dentro de la literatura japonesa que he leído:

  • Botxan de Natsume, Soseki à el maestro toquiota, que vive y trabaja en un pueblito alejado de la capital y que se llama Sumita, se permite ir a los baños públicos del pueblo él solo, y sus alumnos le apodan el “toalla roja” por su constumbre de ir al balneario diariamente antes de la cena y allí ve a personajes muy risibles.
    Pág.47 “El balneario está instalado en un edificio nuevo de tres plantas. A los usuarios de primera clase les facilitan un albornoz y un sirviente lavador por sólo ocho sens.”
    Pág.48 “Y además, una camarera sirve el té en una bella taza de cerámica china. Yo siempre era cliente de primera clase. Por eso me tenía que ir decir que ir a primera clase con un sueldo de cuarenta yenes, era estirar más el brazo que la manga. ¡Qué cotillas! Y la cosa no acababa aquí. La piscina recubierta de granito, era como quince tatamis de grande. Normalmente había como trece o catorce personas bañándose, pero a veces me quedaba solo. Dentro del agua caliente, que me llegaba a la altura del pecho, nadar era un auténtico placer. Siempre esperaba quedarme solo para tener el placer de nadar dentro de aquella piscina de quince tatamis.”

  • Ni de Eva ni de Adan de Nothomb, Amélie Rinri (Adan: él) y Amélie (Eva: ella) van a una excursión en diciembre a la isla de Sato y en el hotel en la habitación tenían un mini-Ofuro privado en la habitación:

    pág.150 “Las magníficas habitaciones tradicionales mantienen fresco el tatami, y todas tenían una inmensa bañera zen, continuamente renovada por medio de un bambú que echaba agua hirviendo. Para evitar los desbordamientos, en la piedra rugosa del baño hay un orificio, bajo el cual el ideograma del cilindro de junco en llamas significa el vacío, la nada.”, pero como el Ofuro del hotel es especialmente célebre no pueden evitar probarlo, explica cómo es y cómo se comportan los protagonistas:
    pág.151 “- Es diez veces más grande que el de la habitación, alimentado por una red de bambús y al aire libre”… “No había nadie: menos mal, porque, según la antigua costumbre, no se separaban los sexos”. Él no tarda mucho en salir, y ella, se queda más tiempo, mientras nieva y luego un viejo se pone a barrer y esperar que salga, desnuda… y ella no quiere salir y casi se desmaya por la falta de fuerzas debida al calor del agua. Es un relato bastante cómico…
Espero que os haya gustado, y si tenéis más furos literarios, me los podéis enviar y los incluiremos.
Saludos, aoi.

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